¿Cuándo y porqué debemos acudir a un podólogo?


Toda parte del organismo humano cumple una función irremplazable, pero no todas cuentan con un profesional especializado en su tratamiento. Nuestros pies tienen ese inmenso privilegio, y el profesional dedicado a su cuidado es el podólogo. En nuestro centro especializado Brisha contamos con profecionales altamente calificados para el cuidado de tus pies. 

Los motivos de consulta más frecuentes

  • Las infecciones por hongos de las uñas de los dedos de los pies (onocomicosis). Su tratamiento y curación permanente es generalmente bastante difícil por ser una infección rebelde, y por lo general requieren de antifúngicos orales. Sin embargo, la práctica podológica y la eficiente utilización de antimicóticos con propiedades queratolíticas, los cuales deben ser recetados por un médico, pueden erradicarlas.
  • Las onicocriptosis o encarnación de las uñas, que son muy dolorosas y pueden llegar a provocar diversas infecciones.
  • La bromhidrosis, afección de la piel provocada por la descomposición de la sudoración, provocando un característico olor fétido. El óxido de zinc es utilizado en combinación con productos para el calzado.
  • El pie de atleta, cuyo nombre científico es tinea pedis o tiña de los pies. Una infección por hongos muy frecuente, en muchos casos bastante rebelde. Comienza generalmente en los espacios interdigitales, pero puede invadir un área más extensa. La piel afectada presenta un aspecto macerado y puede cursar con ampollas (vesículas).
  • Los callos (helomas) son durezas (hiperqueratosis) en una zona superficial circunscrita, producidas por un traumatismo repetido, generalmente a causa de una prominencia ósea o un defecto del calzado.

La visita con un podólogo

  • Lo primero que hará el podólogo es una historia clínica: preguntará sobre enfermedades generales que tenga la persona en el momento o que haya tenido en el pasado, antecedentes quirúrgicos, alergias a medicamentos, medicación permanente que esté tomando, antecedentes podológicos, y motivo de consulta.
  • Si una persona es alérgica al látex se usaran guantes de vinilo.
  • Si el problema es una alergia al yodo del betadine se usará otro tipo de desinfectante como la clorhexidina si se necesita desinfectar algo durante el tratamiento.
  • Existen numerosas enfermedades sistémicas que afectan al pie: la psoriasis (las uñas de los pies cambian de color, forma y dureza por lo que aparecen problemas a la hora de cortarlas. La Psoriasis también puede llegar a afectar a las articulaciones provocando una inflamación y una artritis psoriásica que debe ser tratada por un médico, un podólogo y un fisioterapeuta para su recuperación.
  • Otra enfermedad sistémica que puede afectar al pié es la diabetes tanto la tipo I como la II: los problemas a nivel de los pies pueden ser tan graves que pueden llegar a provocar la amputación.

¿A quién puede tratar un Podólogo?

  • Es aconsejable a todas las edades realizar un revisión anual de los pies aunque no haya ninguna molestia, simplemente para confirmar que todo está bien, aclarar dudas que se tengan sobre el cuidado de los pies, cuál es el calzado más adecuado o cualquier otra cuestión que se pueda presentar.
  • Siempre que duela un pie hay que acudir al podólogo : dependiendo de la edad puede tratarse de un problema diferente.
  • Los podólogos no tratan sólo a las personas mayores.
  • Un podólogo puede ayudar a personas de cualquier edad: en cada etapa de la vida se pueden presentar problemas diferentes.
  • En los recién nacidos y durante los primeros meses de vida comprueban que el crecimiento de las uñas sea normal y que no aparezcan problemas de encarnamiento.
  • En los niños el problema más habitual es el de los papilomas que se cogen en duchas o piscinas públicas y los problemas de pie cavo o plano.
  • Durante la adolescencia también son frecuentes las uñas encarnadas, los papilomas y las infecciones por hongos (pie de atleta).
  • En el adulto las patologías más habituales son:
    • las durezas en las plantas de los pies.
    • los problemas por una sudoración excesiva.
    • infecciones por hongos o bacterias.
    • uñas encarnadas.
    • pies planos o cavos que no se han tratado con anterioridad.
    • las fascitis plantares (dolores en el arco o en la zona de los talones de los pies).
    • lesiones deportivas mal curadas que sobrecargan el pie en determinadas zonas y provocan dolores.
    • inestabilidad de los tobillos que provocan esguinces repetidos.
    • pies cansados debido a algunos tipos de trabajos o actividades.
  • En los ancianos el calzado que se ha utilizado, los años de trabajo, los hábitos de vida saludables o no se reflejarán en la salud de los pies: se pierde la flexibilidad y el cuidado de los pies se vá haciendo más difícil. Las patologías más frecuentes serán:
    • Las durezas, clavos y "ojos de gallo" entre los dedos debido al uso de calzado incorrecto durante la juventud.
    • los juanetes, dedos en martillo, dedos en garra.
    • el aumento de presión en las plantas de los pies por pies planos o cavos que no se han tratado.

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